Se trata de la ciudad rusa de Karabash en los Urales. La contaminación fue producida por la extracción de cobre. A pesar de que los desechos industriales se han reducido en los últimos diez años, montañas de residuos siguen formando parte de la ciudad con consecuencias graves para el medioambiente y para sus habitantes.
Karabash es una ciudad rusa ubicada a 90 kilómetros al noroeste de Chelyabinsk. Su población fue variando considerablemente en los últimos años. En la actualidad tienen 13.151 habitantes (Censo del 2010), en el 2002 vivían 15.942 personas y en 1989 cerca de 17.006.
Desde años, la naturaleza lleva dando muestras inequívocas de que algo no funciona bien en la región. Una tercera parte de los ríos de los Urales han perdido su biodiversidad.
“Al llegar en el 2003, nosotros comenzamos una renovación profunda para respetar el medioambiente. Tú puedes ver por ti mismo los problemas que nuestra compañía ha asumido de nuestro pasado", explica Alexéi Bakin, el actual director de la empresa metalúrgica Russkaya Mednaya Kompania.
"En 1989 decidieron detener la producción como consecuencia de la catástrofe ecológica en la ciudad, pero en la planta trabajaban la mayoría de los ciudadanos. Eso provocó desempleo, empeoró la situación delincuencial y la población se redujo en 4 veces".
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