jueves, 15 de marzo de 2012

Los fósiles que Darwin olvidó en un cajón hace 168 años

Muestras recogidas por el biólogo británico Charles Darwin, en su viaje alrededor del mundo con el capitan Fitz-Joyce a bordo del 'Beagle', han sido localizadas después de permanecer 168 años en el olvido en un cajón y ya están disponibles on-line para todo el mundo.
El hallazgo de este 'tesoro' se produjo por casualidad, cuando el paleontólogo Howard Falcon-Lang, de la Universidad de Londres, curioseaba en un viejo mueble de la sede del Instituto Geológico Británico (BGS, en sus siglas en inglés). "Andaba rebuscando, cuando me encontré con algunos cajones que decía que había plantas fósiles sin registrar, y no pude contener la curiosidad".
En el interior había cientos de soportes de cristal en los que se habían ensamblado plantas fosilizadas cortadas en finas láminas, preparadas para su estudio por el microscopio. Para su sorpresa, en algunas de ellas estaba inscrito el nombre 'C. Darwin Esq.'. En una incluso podía leerse que la había recogido en la isla chilena de Chiloé.
Otras piezas habían sido donadas por otros exploradores y científicos que en la segunda mitad del siglo XIX acudieron al Servicio para que fueran catalogadas.
Al parecer, Darwin encargó esa engorrosa tarea a su amigo y colega Joseph Hooker, un botánico que durante un tiempo trabajó en el BGS. Pero a Hooker se le acumuló el trabajo de tal forma que, finalmente, aunque ensambló las muestras en los soportes de cristal, no pudo registrarlas.

Bosques

Greenpeace está trabajando para evitar la deforestación, la degradación y pérdida de biodiversidad de los bosques del planeta, en especial en las últimas fronteras forestales, los bosques vírgenes donde residen dos terceras partes de la biodiversidad terrestre, así como muchos pueblos indígenas.

La vida en la Tierra depende de los bosques, ya que los bosques son fundamentales para mantener un clima estable almacenando grandes cantidades de carbono. Los bosques primarios, o bosques vírgenes, están desapareciendo rápidamente y de forma irreversible. El 80% de estos ecosistemas ya ha sido destruido o alterado y el 20% restante está amenazado por diversas causas: expansión agrícola y ganadera, tala ilegal, explotaciones petrolíferas, minería, construcción de embalses y carreteras, etc.

Cuando se destruyen estos bosques se liberan cantidades inmensas de dióxido de carbono contribuyendo al agravamiento del cambio climático. La deforestación y los cambios de uso de la tierra son responsables de una quinta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, gases responsables del cambio climático.
Así, las campañas de Greenpeace han tenido diversos éxitos en los últimos años:

- En la Amazonia brasileña, por ejemplo, el acuerdo alcanzado en 2009 con la industria ganadera, así como la moratoria a la expansión del cultivo de soja, firmada en 2006, ha supuesto un triunfo de Greenpeace y otras muchas organizaciones sociales ante el la deforestación producida por el avance de la frontera agrícola y permite albergar esperanzas sobre un descenso drástico de la deforestación en los próximos años.
- En Canadá, y tras décadas de campañas de boicot a los productos forestales por parte de Greenpeace y otras organizaciones ecologistas y de indígenas, en 2010 se llegó a un acuerdo con la industria forestal para establecer una ordenación territorial sobre una área de bosque boreal de 72 millones de hectáreas, acuerdo que contempla la exclusión del aprovechamiento forestal en 29 millones de hectáreas.

Pero queda mucho por hacer. Nuestras campañas quieren evitar la destrucción forestal en regiones como la Amazonia, la Cuenca del Congo y los bosques del Sureste Asiático (Indonesia y Papúa Nueva Guinea), para proteger la biodiversidad y detener el cambio climático. Estas campañas incluyen el trabajo con los agentes económicos implicados, buscando mejorar sus políticas y formas de trabajo, y junto con los poderes políticos para asegurar que haya una legislación que proteja los bosques y a las poblaciones que habitan en ellos.

Tormenta solar pasa por la Tierra y puede afectar comunicaciones

Una tormenta solar de gran intensidad pasó por la Tierra en altas latitudes entre el jueves 8 de marzo y viernes 9; los efectos no parecen graves.En un principio la comunidad científica advirtió que esta tormenta solar de nivel severo podría afectar a las comunicaciones vía satélite, a los GPS y que se darían apagones de electricidad en las zonas más afectadas por la onda expansiva de la llamarada provocada por la “mancha solar 1429”. Este fenómeno lanzó en la madrugada del pasado domingo al lunes las ondas de la tormenta que alcanzó el nivel X1.1; próximo al máximo nivel de intensidad fijado en X.

Finalmente el impacto previsto ha sido de 1, en una escala del 1 al 5. No se han registrado apagones ni fallos en las comunicaciones o en la actividad de los satélites. De momento, porque "el peligro" de efectos secundarios no ha pasado. Los observatorios siguen en alerta. Aunque los niveles de “impacto” de la que se consideraba una de las mayores tormentas solares de los últimos tiempos han sido bajos, en el transcurso de las horas el efecto de la onda expansiva puede incrementarse y afectar a las comunicaciones terrestres.

Lo más notorio que ha dejado la tormenta en su choque contra la atmósfera terrestre ha sido una “sinfonía” de auroras boreales. Las estelas de partículas solares se han llenado de colores en su encuentro con nuestra atmósfera. Un regalo pictórico para nuestros ojos humildes, ante la obra del Universo. Es posible que este fenómeno se repita más de lo habitual en esta década, porque tras un periodo de actividad débil, el sol comienza un ciclo "tormentoso" (cada 11 años) precisamente este año 2012.

Los mamuts repoblarán la Tierra

Científicos rusos anunciaron ayer los planes de clonar un ejemplar prehistórico de mamut que estuvo congelado durante 10.000 años en el territorio de la república siberiana de Yakutia. «Queremos llevar a cabo una clonación somática, al insertar el material genético de un mamut que vivió hace miles de años en las células de una elefanta actual», dijo un portavoz del Instituto de Ecología Aplicada (IEA) de Siberia a la agencia oficial RIA-Nóvosti.

«Las células madre serán trasvasadas al útero de una elefanta que gestará el feto durante 22 meses con el fin de que nazca, esperamos, una cría de mamut viva». En concreto, el material genético del mamut en cuestión se insertaría en embriones de un elefante procedente de la India, al tratarse de su pariente genético más cercano.
El portavoz del IEA adelantó que las pruebas genéticas serán extraídas del mamut a finales de este año, tras lo que serán enviadas a Corea del Sur, donde la clonación podría hacerse realidad dentro de varios años.

En la clonación del mamut, que fue encontrado en la inhóspita tundra siberiana, participarán científicos rusos, surcoreanos y chinos. Esta semana la Universidad Federal Nororiental firmó el correspondiente acuerdo con el controvertido científico surcoreano Hwang Woo-suk, de la Fundación de Investigación Biotécnica de Seúl. Considerado en su momento un pionero en este terreno al clonar a un perro en 2005, Hwang fue acusado en 2006 de falsificar pruebas científicas para confirmar sus atrevidas teorías sobre clonación humana.


Los expertos consideran que clonar un mamut es posible, ya que el ADN de ese animal prehistórico puede encontrarse tanto en su sangre y órganos internos como en la piel y los huesos. La clave es encontrar tejido y células en buen estado en un animal que pereció, previsiblemente de frío o de hambre, hace miles de años.
La descodificación del ADN de la momia del paquidermo prehistórico, que es la que lleva la información genética sobre el animal, es una labor ardua que, en muchas ocasiones, concluye en fracaso al no hallarse ninguna célula viva.
Los mamuts aparecieron en África hace 3 ó 4 millones de años, dos millones de años atrás emigraron hacia Europa y Asia y llegaron a América del Norte hace 500.000 años, pasando por el estrecho de Bering.
Para la ciencia sigue siendo una incógnita la causa de su desaparición, que se inició hace unos 11.000 años, cuando la población de estos animales empezó a descender hasta la total extinción de los últimos ejemplares siberianos hace 3.600 años.
Aunque hay también quien atribuye su final al acoso de los cazadores o a una gran epidemia, la mayoría de los especialistas estiman que los elefantes lanudos se extinguieron debido a un brusco cambio de las temperaturas en la Tierra que causó la disminución de las praderas. Después de la última edad de hielo, los mamuts se refugiaron en Siberia y finalmente desaparecieron.

Descubren un asteroide que pasará muy cerca de la Tierra en febrero de 2013

Un equipo de astrónomos ha descubierto desde España un asteroide de 50 metros de diámetro que pasará muy cerca de la Tierra en 2013 y que no supondrá amenaza alguna para el planeta, informó hoy la Agencia Espacial Europea (ESA) en un comunicado.
Bautizada como '2012 DA14', esta roca pasará más cerca que muchos satélites comerciales, por lo que la ESA subraya la "necesidad de vigilar de forma sistemática" el entorno del planeta, cuando todavía quedan por descubrir más de 500.000 objetos próximos a él.
El "inusual asteroide" fue descubierto el pasado día 22 de febrero por el observatorio LSSS (La Sagra Sky Survey) situado en el sudeste de España, cerca de Granada, por "un equipo de voluntarios" cuando pasó de largo junto a la Tierra, a unas siete veces la distancia que nos separa de la luna, añadió la ESA.

El símbolo amarillo representa el asteroide. El verde, la Tierra.| Deimos Space.
El símbolo amarillo representa el asteroide. El verde, la Tierra.| Deimos Space.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Las rapaces recuperan terreno

Pocas sensaciones como levantar la mirada y seguir el planeo de un águila real, un bicho capaz de hacernos una radiografía diez minutos antes de que nos hayamos percatado de su presencia. ¿De dónde vendrá, a dónde irá, cómo le irá en la vida? La evolución de las poblaciones de aves rapaces en Europa es el motivo que ha reunido durante tres días en el Cemacam-Torreguil a científicos de treinta países para participar en un foro de investigación organizado por la Fundación Europea para la Ciencia –una institución que trabaja en diferentes líneas de investigación y que cuenta con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación–. 

Campos de cráteres frente al Mar Menor

Ni asomo de vértigo al posar el dedo sobre la profunda depresión que desciende hasta 2.836 metros en la llanura abisal situada entre Cabo de Palos y la costa argelina. Otra cosa sería estar allí flotando y sabiendo al mismo tiempo que tenemos casi tres kilómetros de agua bajo nuestros pies. ¿Alguien se lo imagina? Para eso sirven los mapas: con ellos viajamos veloces y sin perder las maletas, saltamos de ciudad en ciudad y de frontera en frontera y, a veces, incluso recorremos el fondo del mar, temeridad esta última que podemos abordar –en seco– gracias a la nueva cartografía que acaba de editar el Instituto Español de Oceanografía (IEO), y que se repartirá en todos los centros educativos de la Región. 

Demasiadas sequías.

El que, nos pongamos como nos pongamos, todos seamos criaturas del clima. El que la información sobre el tiempo –meteorológico, claro - sea la líder de casi todas las audiencias y en casi todos los medios. El que nada abra más puertas a la hora de las más banales conversaciones. El que la vaga memoria de casi todos convierta en destacada noticia del invierno que es invierno. Todo ello no es suficiente, en efecto, para que nos situemos en lo realmente preocupante, es decir, que se está incubando una alarmante sequía, si es que no ha eclosionado. Todo ello sin apenas estar despertando acción alguna. Todo ello  cuando tenemos una catarata de constataciones suficientes sobre lo que nos espera tras lo que ha sucedido.
Una vez más está resultando de nula aplicación, aunque fuera mínima, ese prodigioso logro de la inteligencia que es la anticipación. Porque nada se está proponiendo –y ese que nada tan de furiosa actualidad como los recortes-  sobre la urgente necesidad de menguar el gasto del líquido elemento. El espectáculo de embalses –como los gallegos-  medio vacíos en tierras de lluvia generosa animan al desánimo. Pero no menos ver regar campos de cereal en meses fríos.  Sin descartar las otras muchas siembras, aplazadas o modificadas, ante la obviedad de que no habrá suficiente para la travesía del verano próximo.
Tal parece, en fin, que los cielos han decidido emular a las últimas decisiones políticas sobre casi todos los frentes relacionados con el medio ambiente. Quiero afirmar que, ahora por decreto o ley en ristre, se está decidiendo que no lluevan los mínimos recursos imprescindibles para la protección de nuestros paisajes y la vivacidad en ellos albergada. Que no ha sido suficiente con la destrucción del 70% del litoral mediterráneo o con nuestro torpe y caro liderazgo en contaminación atmosférica. 
Sequía política que se está solapando con la climática. La primera la podríamos evitar con solo reconocer lo evidente: menos regulación ambiental es más crisis económica. A la otra, a la espantada de los frentes lluviosos, solo podemos oponer el no despilfarro, la prudencia en el gasto, la racionalización de los regadíos, la austeridad.